La perspectiva de género en el ámbito laboral se ha convertido en un tema de creciente importancia en los últimos años, particularmente en sectores tradicionalmente masculinizados, como el transporte. En la Unión Europea, según datos de Eurostat de 2023, la proporción de mujeres que trabajan en el sector del transporte es del 22,7%, significativamente inferior al 46,6% de mujeres que se encuentran en el mercado laboral en su conjunto. Esta desigualdad se refleja también en España, donde solo hay un 22,6% de empleadas.
La escasa representación femenina en el sector se manifiesta en una clara segregación horizontal y vertical. La segregación horizontal se refiere a que las pocas mujeres que trabajan en el transporte tienden a ocupar roles en áreas administrativas, jurídicas y de limpieza, mientras que su presencia en puestos operativos es mínima. Por otro lado, la segregación vertical es evidente en la distribución de mujeres en posiciones directivas. En el Ministerio de Transportes y en las empresas asociadas, se observa una predominancia de hombres en los niveles más altos, lo que demuestra que todavía no hay una equidad en el acceso a posiciones de liderazgo y de toma de decisiones.
Los datos de 2023 sobre las empresas vinculadas al Ministerio, revelan variaciones significativas según el subsector. En el ámbito ferroviario, la representación femenina es del 19,7%, con un 28,9% en puestos directivos. En el sector aéreo, la situación mejora ligeramente, alcanzando un 36,9%, y un 33,7% en la dirección. Destacan las empresas de consultoría, como Ineco y Senasa, con un 39,9% y un 35,9% en posiciones directivas. Estos datos ponen de manifiesto que, aunque hay avances en ciertos ámbitos, la desigualdad de género sigue siendo un reto significativo en el sector.
Los beneficios de promover la equidad de género en el sector del transporte son múltiples y pueden contribuir a un entorno laboral más inclusivo y productivo. En primer lugar, la mejora en la cobertura de vacantes es esencial, especialmente en el sector del transporte por carretera, que actualmente enfrenta una creciente demanda de conductores/as. Al atraer a un mayor número de candidatos/as, se duplica el potencial de talento disponible, lo que aumenta las probabilidades de identificar a los aspirantes más adecuados para cada puesto.
Además, un entorno laboral que fomenta la diversidad genera una imagen pública más positiva, alineándose con las expectativas sociales actuales. La inclusión de mujeres en el sector también propicia mejoras en la toma de decisiones, la creatividad y la innovación. Estudios indican que los equipos diversos, con al menos un 30% de mujeres, son más productivos y creativos, lo que repercute positivamente en los resultados de las organizaciones.
En conclusión, abordar la desigualdad de género en el Ministerio de Transportes y en el sector en general no solo es una cuestión de justicia social, sino que también representa una oportunidad estratégica para mejorar la competitividad y la sostenibilidad del sector del transporte en España.
Fuentes: OTLE, Observatorio del transporte y la logística